Narrado por
Pablo
Unos días pensando
había llegado a la conclusión de que ya nada me ata en Málaga. Absolutamente
nada. Lo mejor era dedicarme a lo más importante ahora mismo para mi, mi
trabajo, el próximo disco. Con el accidente tenía cosas atrasadas y toda mi
banda estaba en Madrid, así que lo mejor era volver allí para prepararlo todo
mejor. Seguramente tarde bastante en volver a mi tierra, ya que el mes que viene
ya saldrá el disco y siempre las entrevistas se hacen allí.
No me lo pensé dos
veces y comencé a empaquetar mi maleta. Abrí mi armario y cogí bastantes cajas
que necesitaría llevarme para otras tantas cosas. Me di cuenta de que en una de
las cajas estaban las velas que utilicé con Sara el día del accidente. Y como
era de esperar no pude evitar derrumbarme… Habían sido muy buenos momentos y
los recuerdos no se van de un día para otro, por eso era mejor aislarme de todo
esto. Málaga me recuerda por completo a ella y sé que Madrid será un gran
cambio para mí. Pienso que con el disco hará olvidarme un poco más en todo lo
vivido aquí.
Seguía guardando cosas
cuando tocaron la puerta. – Pablo, ¿qué
haces? Casilda entró en mi habitación y se quedó asombrada al verme hacer
la maleta. – Me voy hermana. Dije
dejando un pantalón en la cama y haciéndole saber que se sentara conmigo, en mi
cama. - ¿Qué dices? Respondió
acariciándome la espalda. – Sí… Contesté
cabizbajo. Pienso que ya nada me ata
aquí. Tengo que prepararlo todo para el disco y Madrid es el mejor lugar para
olvidarme de todo. – Pablo… Me abrazó con fuerzas. Te atan muchas cosas aquí, no pienses eso. Sé que hablas de Sara. Y sé
qué vais a estar juntos. – No Casilda. Es inútil que me hagas creer algo que no
va a pasar. Es inútil hacerme más ilusiones con Sara. Ya todo se terminó entre
ella y yo. – La que te dice que no soy yo. Tengo el presentimiento de que no
todo ha terminado entre Sara y tú. – Bueno, da igual. Es mejor no hablar de
ella. Le dije con un nudo en la garganta. Avisa por favor a la familia, que tengo que despedirme. Mi hermana
sonrió y salió de mi habitación. Yo me senté en el ordenador y saqué un billete
para dentro de dos horas. Destino… Madrid.
Cogí todas mis maletas
y bajé con ellas las escaleras. Mi hermano me ayudó a bajarlas bien y me di
cuenta como toda mi familia estaba esperándome en el salón. – Bueno familia, me marcho a Madrid. Tengo
que preparar muchas cosas del disco. No sé cuando volveré. Mi familia aceptó
con normalidad que me marchara y todos me dieron un cálido abrazo. Bueno, me marcho, no me gustan las
despedidas, ya lo sabéis.
Mi hermano me llevó en
su coche para no tener que ir en autobús. Después de media hora llegué a la
estación María Zambrano y solté mis maletas por unos minutos, ya que en breve
tendría que meterme dentro. – Hola
Manuel. Dije saludando amablemente al guardia de seguridad que ya conocía.
Han sido muchos viajes en AVE y me conoce bastante gente de esta estación. - ¿Otra
vez te vas? ¿Cómo va ese disco? ¿Y cómo estás tú? Me enteré de tu accidente. Preguntó
el hombre. – Por eso mismo me voy, para
la preparación. Saldrá el mes que viene. Todo va de maravilla. Yo también estoy
muy bien. Fue un grave accidente, pero bueno. Encogí de brazos. – Me alegro infinitamente que vaya todo bien.
No dudes que tu disco lo compraré. Reímos ambos y agradecí con una sonrisa.
Miré el reloj y me di cuenta como el tren estaba a punto de salir. Me despedí
de mi hermano dándole un fuerte abrazo y me metí adentro.
Cuando me quise dar
cuenta ya el tren despegó. Entristecido miré por la ventana viendo como dejaba
atrás un montón de vivencias, unas buenas y otras malas, pero que han sido
grandes vivencias. Adiós Málaga por unos meses.
No hay comentarios:
Publicar un comentario