lunes, 14 de julio de 2014

Capítulo 21



Narrado por Pablo

Amanecía con unos rayos de sol que entraban por la ventana del hospital en esta mañana otoñal. Hasta el tiempo había cambiado. Sorprendente. Ya estamos en Octubre y me di cuenta de que en un mes sacaría el disco. No sé sobre eso que hacer, no sé si tendré fuerzas. Físicamente estoy bien, pero llevo muchísimo atrasado. Gracias a Dios que antes del accidente terminé de grabarlo pero había cosas que siento que están bastantes atrasadas. 

Terminé de recoger todas las cosas y en ese momento entró el doctor para indicarme que ya podría marcharme, por fin. Por fin mi último día aquí. Como bien dije ayer, me dejaba algo, más bien alguien, de las personas más importantes de mi vida, Sara. Puede que una nueva vida empezara, ya que me sentía con la necesidad de olvidarla, sacarla de mi vida para siempre, aunque no quisiera.

Bajamos al parking y nos metimos en el coche. 
Mi padre conducía ya que no me sentía con fuerzas para hacerlo. No podía evitar mirar el paisaje con tristeza, entre que el tiempo había cambiando, llegaba el invierno y todo lo que había pasado me sentía mal. Tocará centrarse en lo que llega profesionalmente. Ahora más que nunca necesito comenzar la gira que llegara en Mayo seguramente. Necesito el calor de mi familia tanto la de sangre como la de mis canciones. Todo está cambiando tan rápido que siento que me voy a volver loco.

Llegamos a mi casa. Parecía que todo era nuevo, como si después de mucho tiempo no viniera y así ha sido, pero sentía como si no hubiese estado desde hace aún más tiempo. Subí a mi habitación y mi hermana venía detrás de mí. – Déjame que te ayude. Dijo Casilda intentando coger mi maleta. – No, da igual, puedo. No te preocupes hermana. Le sonreí. – Está bien. Pablo. Dijo sentándose en mi sofá blanco. ¿Por qué le has dicho al doctor que no le dijera nada a Sara sobre ti? ¿No te quieres hacer cargo de ella? – No digas eso Casilda, por favor. Le miré enfadado. Me cabreaba que pudiera pensar que pudiera ser capaz de eso. – No sé Pablo, dime, es que me sorprende. – Es que es una historia larga. Le dije mientras me sentaba junto a ella. – Sabes que estoy aquí para todo. Cuéntame. Necesito saberlo. Contestó acariciando mi espalda. – A ver, David me ha dicho que me olvide de Sara, que hiciera como que habíamos sido amigos antes del accidente. Vamos, que no estábamos juntos. Sobre él, Sara ya sabes como que ahora mismo y antes del accidente estaba teniendo una relación. Que si intentaba volver con ella le hacía daño a ella, a mí y a vosotros. - ¿¡Qué!? Pero será… ¿Cómo puede ser capaz? Notaba en mi hermana la misma mirada de odio. – Mamá me ha dicho que luchara por Sara y yo tenía planes con ella, pero conozco a David y sé que puede hacer capaz de hacerle y de hacernos daño, por eso he renunciado a ella. Prefiero no tenerle conmigo y que esté en brazos de él a verle muerta y a vosotros también. Dije apenado. - Te entiendo Pablo. O sea, yo hubiese luchado por Sara y le hubiese ayudado y sé que lo hubieses hecho si David no te hubiese amenazado, pero sabiendo que ante cualquier acercamiento puede hacer una locura yo hubiera hecho lo mismo que tú, renunciar a ella aunque duela. Mucho ánimo hermano. Sé que será difícil, pero encontrarás a alguien que te quiera y que la quieras. Logré sonreír después de sus palabras. Últimamente poco lo hacía y hasta lo necesitaba. – Muchas gracias hermana. Lo mejor es que sé que vuestro apoyo lo voy a tener siempre. – Por supuesto que sí. Bueno Pablete me marcho que voy a por las niñas, a ver cuando vienen que tienen muchas ganas de verte. Ya sabes que en hospital no pueden entrar niños, pero le hemos enseñado fotos de ti y quieren verte. – Y yo a ellas. Bueno, vete que te echaran de menos. Besé a mi hermana y se fue. En ese momento abrí uno de mis baúles donde tenía las letras de mi próximo disco. Nuevas canciones, nuevas historias. Leyendo y leyendo me quedé dormido. Había sido un día un poco raro.

No hay comentarios:

Publicar un comentario