domingo, 10 de agosto de 2014

Capítulo 32




Narrado por Pablo

Nadie se imagina lo que estoy sintiendo ahora mismo. Por fin volver a Sara después de ese último día en el hospital y pensando que jamás la iba a volver a ver. Juro que si hubiese tenido mis maletas me hubiese ido en ese tren con ella. En realidad es que ni sé cómo he podido ser capaz de dejarle marchar, pero en cierta parte creo que era lo mejor, ya que pienso que no era el sitio adecuado para mantener esta conversación. 

Miré la agenda y me puse como loco al ver que pasado mañana tenía firma de discos en Málaga. ¡Perfecto! ¡Podría hablar con Sara! En ese momento cogí mi móvil y no dudé en enviarle un whatsApp para contarle mis planes. ‘’Hola Sara, ni te imaginas las ganas que tenía de por fin verte. Sé que la he cagado, pero entiende que la chica esa fue quien me besó, todo el mundo comete un error. Sabes perfectamente que te quiero y todo el mundo te lo ha dicho. Mañana sale mi disco y tengo firma aquí en Madrid, pero pasado la tengo en Málaga y estaré el día siguiente allí. No sé si me dejarán, pero haré lo que sea para estar allí, para verte. Esta conversación ha sido muy corta para todo lo que tenemos que hablar. Sólo te pido una conversación. Una nada más. Contéstame por favor y no dudes de mis sentimientos hacia ti’’.

Me fui de esa estación de Atocha con un nudo en la garganta, con mis piernas prácticamente temblando ante lo que acababa de vivir. Lo que acababa de pasar me ha hecho pensar que por más que otra mujer pudiera besarme, nadie se igualará a lo que Sara me hace sentir. Con tan solo diez minutos que hemos estado juntos ha logrado un cúmulo de sentimientos y cosas en mí que han hecho que me vuelva loco. Loco de amor por ella cada vez más. Y sobre todo, lo más importante, es que ella ha venido aquí para estar conmigo, pero se ha encontrado con ese beso con Andrea, si no quizás ahora mismo estaríamos los dos arreglando todo. Lo que no me cuadra es algo… David. Supongo que no sabrá que se ha venido hacia aquí, si no se hubiese puesto hecho una furia y lo hubiese impedido todo.

Llegué a mi casa, me acomodé en mi sofá volviendo a mirar mi móvil y tenía diez llamadas perdidas de Lolo. No pude evitar contener la risa. Este hombre estaba hasta más nervioso que yo. Ahora mismo no me apetecía contarle lo sucedido. Ahora mi única preocupación tenía nombre, Sara.

Narrado por Sara

Logré sonreír ante el whatsApp de Pablo pero por otro lado mis lágrimas no dejaban de deslizarse por mis mejillas. Sus palabras me habían llegado de una manera especial y sinceramente, si que pienso que las siente. ¿Habré actuado bien? El poco tiempo que tenía para poder venirme y la entrevista han sido el motivo por los que ahora mismo estoy en este AVE, dejando atrás una posible reconciliación con Pablo, pero tenía que irme. Además, si intentaremos hablar mañana pasado mañana como Pablo dice, me quedo mucho más tranquila. 

No sabía si reír o llorar, ni cómo reaccionar. Solamente logré escribirle unas palabras de lo más sinceras. ‘’No voy a negar que he venido a Madrid para estar contigo, de que te quiero y de que  desde el momento en que mi madre me contó lo que ocurrió entre nosotros me he puesto como una loca intentando buscar algo entre nosotros, pero siento que me has fallado con ese beso. Por supuesto hablaremos lo que tengamos que hablar, pero no sé qué pasará. Besos Pablo.’’ En este momento necesitaba paz y la mejor forma era desconectado y dejando paso a mis sueños.

La alarma de mi móvil empezó a sonar indicando que quedaban cinco minutos para llegar a Málaga. Y de repente el tren se paró. Bajé mis maletas y puse camino esta vez a la estación de autobuses.

[Llegada a Benalmádena]

Abrí la puerta de mi casa con aún lágrimas, con los ojos prácticamente hinchados de tanto llorar. Miraba la casa de Pablo y no podía evitar controlarme. No podía evitar acordarme de él. 

Mi madre fue corriendo para averiguar quién entraba en casa. Supongo que no se esperaría que fuera yo, tan pronto. Se detuvo frente a mí, paralizada, supongo que mis ojos llorosos me delataban. No hacía falta palabras para que mi madre averiguara que había salido todo mal. En ese momento me abrazó con fuerza, casi sin dejarme sin respiración, pero en ese momento no me importaba lo más mínimo. – Cariño, ¿qué ha pasado? Preguntó mi madre dejando la maleta a un lado e indicándome que nos sentáramos en el sofá. – Llegué a Madrid, fui al apartamento de Pablo, pero no estaba y al cabo de una hora o así le vi llegar con una chica… Comencé a llorar. Mi madre me apretaba una mano con fuerza mientras con la otra me acariciaba mi mejilla y pelo. Y le vi besarse con ella. Decía mientras me ahogaba con mis palabras. Me fui de allí, pero luego Pablo vino a Atocha e intentó decirme que le había besado esa chica y fue así, la verdad, pero él le siguió el beso y… Suspiré. No podía seguir contándole nada más. Los recuerdos me hacían derrumbarme aún más. – Sara, estoy harta de que tengas que llorar por Pablo. ¡Harta! No quiero que le veas más. Busca un nuevo amor que seguro que con lo preciosa que eres y la gran personalidad que tienes podrás encontrarlo, pero olvídate ya de él, por favor. Dijo enfadada cruzando sus brazos. – No puedes pedirme eso, mamá. No. Olvidarle he sido la primera que he querido hacerlo, pero no verle no. Soy mayorcita para tomar mis propias decisiones. Y agradezco tus consejos, pero no pidas que no le vea. Le quiero. Contesté cabizbaja. – Eres mayorcita, pero te vuelvo a repetir que estoy harta. Siempre sufriendo y no te lo mereces, mi niña. Volvió a decir volviéndome a acariciar la mejilla. – Ya mamá, pero entiéndeme. – Intentaré hacerlo. Contestó mi madre. Miré el reloj y me di cuenta como quedaba una hora para la entrevista. ¡Por cierto! No te lo he contado. Me han llamado de una entrevista de trabajo estando en Madrid. Es para un hotel de aquí. Me marcho, ya hablaremos más tarde de esto. Dije dándole un beso a mi madre y saliendo corriendo hacia mi habitación.




Me duché rápidamente, me puse lo primero que pillé y salí de mi casa.


  

No hay comentarios:

Publicar un comentario