Narrado
por Pablo
Tras mucho tiempo sin encontrar ninguna respuesta ahora había llegado ese
momento. Creo que era mejor hablarle con la verdad. Las mentiras nunca son
buenas, siempre lo complican todo, pero sí que es cierto que hay veces que si
eres sincero, la verdad puede doler. A veces ocultas la verdad y optas por la
mentira por tal de que la otra persona no se sienta afectada por tus palabras.
– Voy a empezar por el principio. Le dije por fin. A ver, me sitúo al día de ese beso. Andrea permanecía atenta a mis
palabras, tanto que no me quitaba la vista. Me miraba tan fijamente que si las
miradas mataran... Yo ya lo estaría. ¿Te
acuerdas cuando te hablé de una tal Sara? Bueno, ella era mi pareja, pero
estábamos mal, aunque la sigo queriendo. Cabizbajo comencé a pensar en ella pero rápidamente me di cuenta de que no era el momento de lamentaciones, tenía muchas cosas que contar. Así que quise seguir. Tú y yo nos besamos, pero dio la
casualidad de que ella vino a Madrid ese mismo día dispuesta a reconciliarse
conmigo con la mala suerte de que nos pilló dándonos ese beso. Lolo me avisó de
que estaba aquí y fui derecho a Atocha, pero ella se fue. A los días fui a
Málaga y tuvimos una discusión bastante fuerte… Tan fuerte que todo se acabó. Le
decía con un nudo en la garganta. Odiaba la sensación de ahogarte con tus
propias palabras porque te duele lo que estás contando. Te lo he contado lo más resumido que he podido. – Ajá. Eso fue lo
único que dijo Andrea, cosa que me sorprendió. Pero todavía no había sido lo
más sincero del todo. – Y lo último que
quiero decirte es que a pesar de que la quiera todavía sí que me gustas. Y
mucho… Por eso siento que contigo puedo olvidarme de ella. – ¿Qué intentas,
utilizarme? Sabía que algo no saldría bien, lo notaba. Quizás me haya
explicado mal, o a lo mejor ella no me haya entendido bien. – No, por favor… ¿Cómo se te ocurre pensar
eso? – Es que lo parece Pablo. Dices que sientes que conmigo puedes olvidarte
de esa chica, pero pareces que tú mismo te obligas a estar con otra persona
para olvidarte de ella y no, Pablo no, así no son las cosas, porque puedes
hacer daño a las personas. Me dijo enfadada y sincera. No la conocía desde
hace mucho, pero nunca le había visto tan segura de lo que decía. – Créeme que lo último que quiero es hacer
daño. Me duele mucho cuando sin yo querer lo hago, porque he tenido la
experiencia y no me gusta, ¿sabes? No pude evitar acordarme de todo lo vivido,
tanto lo que haya pasado con mis parejas, como con mi familia, como con todo el
mundo en general. Simplemente es lo que he explicado, muchas veces haces daño
sin tu quererlo y eso no es placentero para nadie. – Bueno Pablo, vale. Yo solo quiero decirte algo… Aunque bueno… ¿Para
qué voy a decirte con palabras que me gustas si eso ya se nota? Yo sólo te digo
que no quiero ser una obligación. Si quieres estar conmigo que sea porque te gusto de verdad.
Piénsate mucho las cosas y ya me darás una respuesta. – Está bien. Sonreí
un poco y me levanté dispuesto a irme.
La verdad es
que tenía toda la razón del mundo, tenía que pensarme mucho que camino elegir
en mi vida sentimental, porque sí que es cierto que yo tampoco quiero que sea
una obligación para mí el estar con ella, ya que siendo egoísta y pensando en
mí, yo también me puedo sentir muy mal estando con una persona que no quiero.
Andrea me
acompañó a la puerta y se despidió de mí. Por lo que se ve no tenía muchas
ganas de que estuviéramos más tiempos juntos. Parecía que iba a ser un
reencuentro para hablar y no es que haya terminado muy bien precisamente…
Salí de su
casa con una sola cosa en mente, dudas, muchas dudas.
Pablo no le contó que ya se.había reconciliado con Sara y que estaban divinamente, pero que ella se apareció en.aquella.celebración y borracho se lo llevó a la cama y por eso Sara lo dejó, eso era lo que tenía que decirle a la Andrea!!
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