Narrado por Pablo
Aún seguía apoyado en su puerta, sin
creerme todavía todo lo que había pasado. Cada vez estaba más convencido de que
el destino quería separarnos. Y no lo entiendo porque nos queremos a rabiar,
pero está visto y comprobado que no estamos hechos el uno para el otro, que cada vez que
hemos intentado volver por una cosa u otra nos hemos separado, y me da pena,
rabia, tanto que empiezo a creer que no es que yo no esté hecho para estar
junto a Sara, si no que no estoy hecho para el amor en general. Todo muy
bonito, mi trabajo, todo lo que acarrea mi profesión, pero sin embargo en lo
personal desde siempre, desde que tengo uso de razón me ha ido mal con las mujeres,
y no lo entiendo, porque creo que las trato bien, a pesar de ahora mismo estar
destrozado por ponerle una mano encima a una de ellas, pero en general siempre
he sido un hombre que las trata perfectamente.
En ese momento cogí mi maleta y la abrí. Me
di cuenta como tenía un papel y un bolígrafo guardado en un lado y comencé a
escribir mis palabras más sinceras. Todavía seguía apoyado en su puerta, pero
con la diferencia que estaba sentado escribiendo. En ese momento empezó a
llover... No me importaba lo más mínimo que me estuviera empapando, si no lo
que más me importaba era que se estaba mojando la carta, que, no sé si tendré
fuerzas para meterla por debajo de su puerta...
Cerré los ojos, suspiré y mordí el
bolígrafo.
Con dolor doblé la carta y la introducí
por debajo de la puerta. Me levanté, cogí mi maleta y puse rumbo... ¿dónde? Ni
si quiera yo lo sabía. No tenía fuerzas ni para irme a Madrid todavía, pero
menos aún para quedarme en Málaga.
Narrado por Sara
Veía como las gotas de lluvia caían por mi
ventana. ‘’Llueve, a través de mi ventana. Duele, saber que no estás en mi
cama. Muere, en mi amarga soledad, mi alma. Llueve, fuera y dentro de mi
cuerpo. Duele, saber que nunca me arrepiento de quererte y ver que no puedo
tenerte. Vuelve…‘’. Esta maqueta de Pablo ahora definía mi relación con él a la
perfección.
Sin dejar de llorar, veía como Pablo se
alejaba de mi casa. Por un momento se detuvo mirando fijamente hacia mi
habitación, yo escondida como podía le miraba cual Vieja del Visillo. Démosle
un punto de humor a este trágico momento, aunque ni si quiera yo misma pudiera
decir una palabra graciosa.
Me di cuenta que cuando Pablo estaba sentado en mi
puerta estaba escribiendo algo, así que bajé rápidamente a la planta baja.
Ahora, sinceramente, me arrepiento de no haber bajado a por él. Por mucho que
hayamos discutido, verle ahí, solo, bajo la lluvia, mojado… Dios, no debería de
haber permitido eso, pero ya era demasiado tarde…
Abrí la puerta y miré hacia un lado para
ver si Pablo se había ido, y sí, así era. Con lágrimas en los ojos, con el
corazón en un puño, con un suspiro en el pecho y con cosquillas por dentro me agaché para coger la carta. ‘’Querida Sara’’, eso
ponía en el sobre. Quise abrirlo, pero pensé que sería mejor hacerlo en mi
habitación. Allí podría romper a llorar mejor, porque sabía que esta carta
llegaría a eso, a mi lamento...
Rápidamente subí a mi habitación, suspiré,
cerré los ojos, y con un nudo en mi garganta comencé a leer…
‘’Hola Sara. No sé si leerás esta carta
algún día, porque ese rencor acumulado hacia mí me lleva a pensar que romperás
esta carta. Pero si la estás leyendo, ahí voy… No quiero hablarte sobre lo que
ha pasado, pero si te quiero pedir disculpas, porque ni yo mismo me he
reconocido. Si estás leyendo esto, en esta carta, te digo adiós, para siempre,
con todo el dolor de mi corazón. Te digo adiós porque en este rato que he
estado aquí, apoyado en tu puerta, cayéndome la lluvia, me he dado cuenta de
que no eres para mí. Y no eres tú, soy yo. Te mereces a alguien mejor que te
sepa cuidar y atender mejor. Yo por mi trabajo no voy a poder hacerlo, pero
también porque te he fallado y no quiero que vivas esto. Cada vez estoy más
convencido de que no estoy hecho para el amor. Pero eso sí, sólo recuerda que
te he querido muchísimo y que con toda la sinceridad del mundo te lo digo y no
es para que cambies alguna decisión, nunca ningún hombre te va a querer tanto
como yo lo he hecho. Cuando te conocí tan sólo en unos días causaste en mí
miles de sentimientos que nunca pensé que ninguna mujer llegaría a lograr, pero
lo hiciste. Pero bueno, de esto no se trata mi carta… Hoy te digo adiós de una
vez por todas. Quiero que seas muy feliz, que la persona con la que estés sepa
darte lo que yo nunca te he dado. Espero que un día, ya sean meses o incluso
años nos veamos y te vea feliz por estar con otra persona. Tendrás un amigo
para toda la vida. Te lo juro. Pero ahora mismo no puedo verte como una amiga…
Gracias por todos los buenos momentos que me has hecho pasar. Y ya sí, llegó el
final… Pero recuerda, que, de alguna manera u otra, siempre te querré. Besos.
Pablo.’’
Su firma eran sus últimas palabras… Esas
palabras que como imaginaba me habían hecho romper a llorar. Prácticamente toda
la carta estaba empapada por mis lágrimas y no era para menos, hoy no sólo yo
puse un punto y final a esta relación, hoy también lo ha hecho él. En cierta
parte, tiene toda la razón en sus palabras, aunque me duela reconocerlo. Quizás
sea mejor que cada uno optemos por un camino diferente de la mano de otra
persona, porque ya no es sólo Pablo, yo también siento que no estoy hecha para
el amor y lo que es peor, no estamos hechos el uno para el otro. Pero la
realidad, que volviendo a releer la carta, ese ‘’Pero recuerda, que, de alguna
manera u otra, siempre te querré’’ esas palabras me habían desgarrado el alma.
Yo también siento que de alguna manera u otra siempre le querré, que siempre
permanecerá en mi corazón esta historia con él. Esta historia que ambos la
hemos definido como corta, pero intensa. Pero llegaron las despedidas… Ahora
soy yo la que te dice adiós, querido Pablo. Para siempre.
nooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooo no no no no no no no...
ResponderEliminarNo termines asi con esta historia..
no separes asi de fuerte a estas dos personas
puede que sea mentira o solo una historia
pero la verdad estas dos estan hechas el uno para el otro
y es algo que la vida nunca lo va a cambiar